21 de noviembre de 2013

Cuestión de sincronización. Batería y Bajo en el CMA 'Las Armas'

Esta semana nos adentramos en las clases de batería y bajo eléctrico del CMA Las Armas para conocer a los profesores y conocer un poco más de cerca lo que hacen.

Como cada viernes por la tarde los cuatro estudios de música del Centro Musical y Artístico Las Armas son invadidos por los mejores ritmos de la mano de los profesores de la Escuela de Música Moderna. Dos de ellos son Quique Casanova y Franquel Garrido, músicos profesionales y profesores de batería y de bajo eléctrico. En el Estudio II, Isabelle Hupont (de origen francés) está practicando varios ritmos bajo la atenta mirada de Quique, que le corrige de vez en cuando: “Brazos juntos y ángulo recto”, “Ahora cántala, ¿cómo sería?” y así comienzan los “1, 2, 3, cua” y los “1, 2 y 3 y cua” para los que la concentración y la sincronización son fundamentales. Isabelle canta tímidamente al mismo tiempo que Quique le indica que debe memorizar el ritmo. “Me lo paso muy bien” asegura la joven que es alumna de Quique desde hace dos meses e Ingeniera Informática en la Universidad de Zaragoza. “Trabajo todo el día frente a un ordenador y tocar la batería es genial para desestresarse. Me lo propuso un amigo que es psicólogo y aquí estoy”.


Al mismo tiempo, justo en el local de al lado -en el Estudio III-, el alumno Enrique Gálvez se esmera con el ritmo de “Smells like teen spirit” de Nirvana con alguna que otra dificultad. “La segunda parte es un poco más rápida”, indica el profesor. “¿Sabes cuál es la solución en estos casos?: El metrónomo”, asevera Frankel Garrido. Mientras tanto, Elisabeta continúa practicando sus ejercicios con una guitarra española al fondo de la clase. Para convertirse en un buen bajista resultan imprescindibles tres cualidades: la soltura, la seguridad y, de nuevo, la sincronización. “Lo más importante es empezar y acabar juntos la canción”, explica Frankel. En ese preciso instante, el ‘tic-tac’ del metrónomo comienza a mezclarse con la melodía de Nirvana que poco a poco se va imponiendo sobre ese incesante sonido. “¡Eso es, ya lo tienes!”, anima el profesor.


Esto es tan solo un ejemplo de lo que podemos encontrarnos un viernes cualquiera en la planta -2 del Centro Musical y Artístico Las Armas. Pero… ¿quiénes son realmente Quique Casanova y Franquel Garrido y cómo han llegado aquí?

- ¿Cómo se inicia su carrera musical?

Quique Casanova: Comencé a tocar la batería con 13 años. Yo vivía en Encinacorba. Cariñena, y allí todo el mundo tenía afición por una banda municipal cuyo director era el profesor de solfeo. Por eso comencé a dar clases allí hasta que pasé a estudiar solfeo en el conservatorio de Zaragoza con la especialidad de batería. Estudié durante 12 años y seguí tocando hasta que todo el mundo empezó a contar conmigo en sus conciertos. Fue entonces cuando decidí dedicarme solo a la enseñanza y a tocar con gente profesional como por ejemplo Daniel Zuera, Valdivia, Ángel Petisme, Santi del Campo… 

Frankel Garrido: Yo nací en La Habana, en Cuba, en 1999. Allí había unas bandas rítmicas que eran como actividades extraescolares aquí en España. A los 8 años me apunté e hice percusión hasta las 10 u 11 y luego me pasé a la trompeta durante dos o tres años más. Además mi padre fue músico de joven. Encontré trabajo en una orquesta en la que estuve 10 años: Grupo vocal ‘ELÉ’, que significa ‘He aquí’ y con ellos me vine a España.

- ¿Hace falta un talento innato para ser músico?

Q.C: Si tienes talento siempre ayuda. Es importante.

F.G: Yo creo que cualquier persona puede llegar a tocar y disfrutar. Pero para llegar al nivel profesional existen unas condiciones que son innatas: sentido del ritmo, oído… hay personas que no pueden. La música es parecida al deporte. Todo el mundo puede ser aficionado, pero no profesional.

- ¿Y por qué la batería y el bajo eléctrico?

Q.C: A mí siempre me gustó la percusión, el ritmo. Todo el mundo hablaba siempre del batería y parece que lo que hace ruido siempre ha llamado más la atención. Son más complicados otros instrumentos como la guitarra o el piano pero coordinar siete elementos a la vez también entraña dificultad. Se utilizan las cuatro extremidades al mismo tiempo que lees, escuchas y cantas el ritmo.

F.G: Yo me gradué como guitarrista clásico. Fue mi profesor el que me llevó por la música pop. A los 20 años empecé con el bajo eléctrico por necesidad, porque había más trabajo; y me quedé con él porque me gusta mucho aunque también porque me daba de comer.

- ¿Cuál es el lugar más lejano a la que les ha llevado la música?

Q.C: A México.

F.G: A España.

- La música ¿qué significa para ustedes?

Q.C: Me he dedicado toda mi vida a ella y a la enseñanza. Donde más disfruto es tocando y solo espero poder llegar a jubilarme siendo músico y seguir tocando hasta que no pueda sentarme en la batería o coger las baquetas. Yo no podría vivir sin tocar.

F.G: La música forma parte de mí y de mi vida. Vivo, duermo y sueño con música. Es como un alimento. La música es el todo.

- ¿Qué puede aprender una persona en sus clases?

Q.C: Pues desde solfeo rítmico, a rítmica, cantar, musicalidad… Es un instrumento de coordinación que consiste en la suma de los 7 elementos que la forman. Tocar la batería es como las matemáticas, no multiplicas por números de tres cifras hasta que no sabes multiplicar por dos. Además, sirve para desfogarse.

F.G: Depende de hasta donde quiera llegar el alumno, si quiere nivel popular, aprendern lenguaje, canciones, armonía. La música es como una lengua. Tiene sus normas y su ortografía.

- Además de ser profesores de la Escuela Profesional de Música Moderna del CMA Las Armas, forman parte de La Banda de las Armas que actúa todas las semanas en la cafetería del centro. ¿Qué se va a encontrar cualquier persona un sábado por la noche sobre ese escenario?

Q.C: Pues canciones conocidas pero llevadas a diferentes estilos musicales.

F.G: Y a tres músicos disfrutando de la música y ofertando una opción musical diferente, amena, relajada y amplia. Hacemos tanto versiones como temas propios. Jazz, instrumental y de todo.


El pasado sábado 16 de noviembre a las 22:00 horas daba comienzo en la Cafetería del Centro Musical y Artístico Las Armas el concierto de La Banda de Las Armas que contó con un repertorio musical de lo más completo. Los temas fueron interpretados por Alonso Martínez (guitarra), Frankel Garrido (bajo eléctrico), Quique Casanova (batería) y Dani Ferruz (teclado). A pesar de que el clima no quiso acompañar la velada y de que la lluvia no diera tregua, durante más de una hora los cuatro músicos hicieron disfrutar a los allí presentes, aunque algunos llegaran de casualidad. “Veníamos a cenar algo y hemos visto que había música en directo y nos hemos quedado a disfrutar del espectáculo”, aseguraba María. Otros en cambio, lo tenían ya preparado: “Lo vimos anunciado en la agenda cultural y como nos pareció interesante hemos venido a cenar”, explicaba Olga, que ha venido acompañada de 5 personas más. “La verdad es que tocan muy bien aunque si hubiera menos gente se estaría mejor”, opinaba su amiga Maru.


Camino Ivars
Coordinador Dpto. Formación CMA 'Las Armas'

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