10 de mayo de 2013

La rabia sosegada. Espíritu teatral y ojos de cineasta.


Tiempo de filósofos y gentes de espíritu. Espejos de realidades contadas a base de fotogramas o la propia palabra. Sin eludir la belleza de contar y trasmitir el sentir que nos ahoga.
Un Príncipe de Asturias de las Artes al estilo de decir.






Michael Haneke (Austria, 1942), director teatral de enorme prestigio en su país, es también una figura esencial del panorama cinematográfico internacional. Su obra, de gran crudeza, pretende desenmascarar la hipocresía y la doble moral de las sociedades europeas acomodadas.

“Haneke ilumina y disecciona con deslumbrante maestría aspectos sombríos de la existencia como la violencia, la opresión y la enfermedad, que afronta con extraordinaria sobriedad formal a la vez que abre espacios a la persistencia consoladora del amor, la confianza y el compromiso”, destacó ayer el jurado del Príncipe de Asturias al dar la noticia del premio.




“Agradezco de todo corazón al jurado del Premio de las Artes de la Fundación Príncipe de Asturias haber sido reconocido con esta distinción tan grande y prestigiosa. Es una alegría y una satisfacción extraordinaria. Espero hacerme merecedor de esta gran distinción también con mi futuro trabajo”.
“Es la película que más me ha impactado. Fue fundamental para hacer Funny games. Saló… es la única que ha logrado dar al espectador una impresión real de lo que es la violencia sin convertirla en un producto de consumo. Y eso es muy difícil. Yo lo he intentado hablándole directamente al espectador para que se dé cuenta de ello. A veces la violencia se consume con cierto gusto; eso me parece asqueroso. No me gustan mucho las películas de Tarantino. Su cinismo respecto al espectador me parece inhumano”.

El séptimo continente (Der siebente Kontinent, 1989) es su primera película comercial. En ella se gesta el estilo crudo que desarrollaría en títulos posteriores. El título que ensalza el nombre de Haneke en el panorama internacional es El video de Benny (Benny's Video, 1992), pero su gran éxito acaece en 2001 con La pianista (La pianiste), que logra, entre otros reconocimientos, el Gran Premio en el Festival de Cine de Cannes. En 2005 Caché es la gran triunfadora de los Premios del Cine Europeo y su trabajo La cinta blanca (Das weiße band) le hace merecedor de la Palma de Oro en la 62ª edición del Festival de Cannes (2009), premio que vuelve a ganar tres años después, en la 65ª edición del Festival, gracias a Amour. En 2012 esta película se hace con cuatro premios en la gala del cine europeo y consigue el Óscar a la mejor película extranjera en 2013.


Escuela de Cinematografía del CMA Las Armas.


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