17 de junio de 2013

Un día en el Sónar: Viernes 14

Después de mucha expectación y mucho anticipar por fin llegó la edición número 20 del Sónar, que traía muchos alicientes. Nuevo recinto diurno, un cartel para quitarse el sombrero y el hecho de estar presente en el 20 aniversario de un festival que es ya un referente internacional.

Si bien al principio muchas personas se mostraban reacias al abandono del recinto que albergaba la edición de día en el CCCB, hace ya años que el espacio se mostraba insuficiente para dar cabida a los asistentes. Nada más entrar en la Fira Montjuïc, uno se da cuenta de que la decisión ha sido todo un acierto, ya que nos encontrábamos ante un lugar amplísimo, escenarios mucho más grandes y confortables, y un acceso entre los mismos más fluido que en ediciones anteriores. Había que renovarse, sacrificando tal vez un poco el "encanto" del Raval por unas condiciones más favorables para todos.

Sónar Village

Sonar de Día

A mediodía ya estaban enfrascados en faena BeGun, quienes daban la bienvenida a los asistentes que iban llegando con un magnífico set, mitad live mitad sesión, en el que se despacharon a gusto a golpe de ritmos de muy diferentes procedencias y colores. Bien diferente fue la actuación de Anenon, combinando su ejecución al saxofón con los ritmos perezosos y texturas que provenían de su laptop.
Los alemanes UMA fueron todo un descubrimiento, una propuesta a medios tiempos muy intimista, de la que se pudo disfrutar tranquilamente sentado en el césped del Sónar Dome (sí, aquí también había césped artificial, como en el Village). El dúo recordaba por momentos a Lali Puna o Donna Regina (grupos que ya estuvieron en anteriores ediciones del Sónar) y la indietrónica de Morr Music, aunque con un punto más oscuro.

UMA

La Bien Querida sorprendieron porque se alejaron bastante de su pop y tintes folk para concentrarse en unas canciones más sintéticas y rítmicas, que no desentonaron para nada en el contexto de un festival como este. Una buena opción que sólo tuvo en su contra un horario poco amable (15:30) y el sol de justicia que ya hacía subir la temperatura del Village. Desde Islandia, Sísý Ey constituyeron una de las propuestas más divertidas y disfrutables en ese momento, con sus componentes femeninas al frente y su productor a las secuencias y samples quien por cierto debía estar pasándolas canutas con semejante calor, vestido con una casaca abrochada hasta el último botón.

Pero también pudimos disfrutar de los patrones electrónicos (sin tocar ni una sola máquina) de Electro Guzzi, o la estupenda sesión de Matthew Herbert que mantuvo al público en el Village rendido a sus evoluciones a los platos. Por su parte, Jamie Lidell hizo gala de su hiperactividad en el escenario disparando sin pausa samples, loops y diferentes ritmos sobre los que superponía su voz, que también sampleaba en distintias capas cuando llegaba el momento. Un estupendo set de funk mutante y guiños soul marca de la casa.

Hubo mucho más, por supuesto. Pero el Sónar tiene tantas caras y propuestas, que es imposible atender a todas, por desgracia.

Sonar de Noche

Esta vez había que estar pronto en el recinto del Sónar de Noche, porque la convocatoria era obligada (lo cual obligaba a marcharse antes del Sónar de Día, perdiendo alguna propuesta como la de Ólafur Arnalds Trio). Los británicos Raime comenzaban a la 22:00 con su electrónica de corte oscuro y clautrofóbico a través de la cual crearon una atmósfera única en el Sonar Club, dando paso al máximo exponente de la noche: Kraftwerk. La banda presentó su catálogo con un particular show en 3D con Ralf Hütter y los suyos haciendo un repaso completo a su impecable trayectoria, en la que apenas se llegó a echar en falta ningún tema. "The Robots" (que abrió el show), "Computer World", "Autobahn" o "Radioactivity" son solamente algunos de los clásicos que sonaron, con especial mención a Fukushima en este último. Hay que decir que la expectación fue máxima, lo que en muchas ocasiones dificultaba disfrutar de este concierto al cien por cien. De hecho, puede que nunca se ha visto tan lleno el recinto Sonar Club.

Kraftwerk. Foto: Sonar.es

Bat for Lashes o Two Door Cinema Club pusieron el punto pop de la noche, mientras que Oneman hacía un estupendo set en el espacio Sonar Lab, lugar en el que poco después aparecerían los abanderados del turntablism C2C. Lo suyo fue toda una exhibición de maestría a los platos al tiempo que iban desgranando muchos de los temas de su celebrado álbum, "Tetra", ejecutando además algunas de las intros que les han hecho ganar múltiples premios en los concursos de djs del DMC.

Por otro lado, la jornada se pondría mucho más gamberra de la mano de Major Lazer y sobre todo Skrillex, aunando así en la misma noche y el mismo espacio, a los fans de Kraftwerk y a los de este último. Todo un contraste de lo más curioso...

Y por último, el escenario SonarPub donde podríamos destacar la presencia en el final de la noche después de Two Door Cinema Club, la puesta en escena del minimalista concepto Enter de la mano de uno de los grandes de la música electrónica, el canadiense Richie HawtinMaya Jane Coles, Paco Osuna y el propio Hawtin, quién sigue a la vanguardia del mejor minimal - house creando unas atmósferas espectaculares con una pegada fantástica. Sorprendió gratamente Maya Jane Coles mezclando vocales fabulosas con una línea muy definida de lo que Richie Hawtin quiere en sus Dj's. Paco Osuna fue el encargado de pinchar antes del gran estandarte y creador del sello Minus (tarea difícil), pero un Dj de tanto nivel se hizo enseguida con lo que el público que abarrotaba su escenario quería. Sonidos contundentes, mezclas perfectas y frescura, mucha frescura en los ritmos, demostrando con creces porque es el elegido para cerrar la edición del Monegros Desert Festival de este año. Podríamos quedarnos con una frase que se pudo leer en una pancarta, mientras Richie hacía las delicias de sus fieles; "Richie Hawtin: past, present, future". Nunca pasará de moda.

Para un sólo día ya estaba más que bien lo visto, aunque siempre da pena no poder ver más bandas y djs, o descubrir nuevas propuestas. Pero como dicen Daft Punk, somos humanos después de todo y ya no dábamos para más. Se queda un muy buen sabor de boca en esta vigésima edición del Sónar, que ha pulverizado records de asistencia (121.000 personas han acudido este año) y ha contado con un 55% de público internacional.



¡Ahora toca descansar, recordar lo vivido y esperar a junio del próximo año!

Chema Moog y David Antón
Dpto. Comunicación CMA "Las Armas"


1 comentario:

  1. Me gustaria dar un abrazo bien grande a esa peña de Zaragoza que lo dio todo en el concierto de Justice!!

    Los indios! :)

    ResponderEliminar